El hospital ofrece reiki para aliviar a nenes con cáncer

En el Castro Rendón apuestan a mejorar la salud de los pequeños.

Ana Laura Calducci

calduccia@lmneuquen.com.ar

Neuquén.- Para la Organización Mundial de la Salud, estar sano no es sólo cuestión de remedios. Influyen el contexto familiar y económico, el estado de ánimo y todo lo que afecte la calidad de vida. Con ese precepto, varias doctoras del hospital Castro Rendón le abrieron las puertas a un grupo de reikistas voluntarios que están ayudando en la recuperación de niños con cáncer. Las médicas fueron más allá de lo anecdótico, se tomaron la propuesta en serio y están documentando científicamente los beneficios de la terapia en los chiquitos.

“La mayoría de los niños con cáncer se cura, hay que erradicar el mito de que es algo terminal, pero ellos y sus familias pasan por un proceso lleno de angustia, enojo y muy desgastante, un sufrimiento para el que no siempre hay una respuesta institucional”, explicó la oncóloga pediátrica Constanza Arnaiz, una de las impulsoras del proyecto.

En julio le llegó un mensaje de Facebook de la maestra reikista Patricia Sánchez con la propuesta de probar la trasmisión de energía en los pacientitos. La idea no es nueva. En Europa hay clínicas con gabinete de reiki y existen estudios sobre los beneficios de esta técnica en enfermos de cáncer.

En nuestro país, el pionero en sumar esta práctica fue el hospital Gutiérrez, de Buenos Aires, hace 20 años. También el Garraham tiene su equipo de reikistas. Pero no existen experiencias sistemáticas con datos objetivos.

Constanza y Patricia conversaron de todo eso y se propusieron armar un proyecto que sume al reiki como parte del tratamiento. Primero, propusieron incluir la terapia dentro del servicio de Cuidados Paliativos Pediátricos del hospital. Allí encontraron la colaboración fundamental de la doctora Sandra Chacón, otro de los motores de la iniciativa.

Por varias semanas, los reikistas les explicaron a las doctoras sobre la antiquísima terapia japonesa y hasta les dieron sesiones para que ellas mismas, los enfermeros y auxiliares experimentaran el proceso por sí mismos. Como contraparte, las médicas los instruyeron sobre dolor crónico, cuidados paliativos y cáncer.

Y, hace tres meses, comenzó el tratamiento con 12 pequeños pacientes y sus familias, algunos internados y otros ambulantes. Todos accedieron a tener sesiones de 20 minutos una vez por semana. Hasta ahora, los resultados superaron las expectativas.

El 100% manifestó disminución del dolor físico y la angustia, además mostró una mejoría anímica y pidió volver a recibir reiki.

Entusiasmada, Patricia remarcó que fue un acierto recurrir al hospital público. “No quería que se lleve el rédito un lugar privado ni que sea un acto voluntario para sentirme bien, sino ayudar a los pacientes y que eso tenga continuidad”, remarcó.

Sandra indicó que, del lado de la medicina, “estamos convencidos de que el reiki es una pata más del tratamiento y queremos sentar las bases para que esto se pueda replicar mañana en cualquier lugar”.

12pequeños pacientes hacen el tratamiento.

La iniciativa comenzó a implementarse hace tres meses. Todos manifestaron que disminuyó el dolor físico y la angustia. Además, presentaron una mejora anímica y pidieron volver.

Los médicos sumaron a un grupo de reikistas voluntarios y están documentando científicamente los resultados de la terapia.

El antes y el después neuquén

Los beneficios del reiki en enfermos crónicos van más allá de las creencias. Hasta los médicos más escépticos notaron mejorías en sus pacientes. En el hospital Castro Rendón está pasando lo mismo.

Para documentar los cambios, las doctoras neuquinas les piden a los chicos y a sus papás que contesten una encuesta formulada por la Organización Mundial de la Salud con una serie de indicadores. Responden las mismas preguntas antes y después de cada sesión.

“Los niños tienen una sensibilidad especial para recibir la energía, pero nos sorprendieron los papás, porque había mucho nivel de estrés y lo primero que notamos fue el restablecimiento del vínculo amoroso y el agradecimiento, incluso quieren ayudarnos con el proyecto contándonos los cambios que notan en sus hijos”, comentó Patricia, una de las reikistas.

La oncóloga Constanza Arnaiz señaló que “hay que entender que muchos papás pasan 40 días durmiendo en una silla, malcomidos y viven con miedo”. Añadió que los chicos comparten ese malestar, al que se suman sus propios enojos y dolor físico, lo que los predispone negativamente al tratamiento médico.

Con las sesiones de reiki, el cambio más inmediato tiene que ver con la relajación. Patricia explicó que “tranquiliza la mente y viene el alivio en el cuerpo físico: descansás mejor, ya no estás emocionalmente consternado y el cuerpo genera hormonas y neurotransmisores que contrarrestan el dolor”.

Para los reikistas, las sesiones consisten en canalizar la energía universal hacia un individuo, así sea con imposición de manos o a distancia. Desde el lado de la ciencia, “lo llamamos automorfinas, porque todos tenemos la capacidad de calmar el dolor secretando hormonas y otros mediadores, que sería como ser nuestra propia farmacia”, aclaró Constanza.

Papás: “Hay que entender que muchos pasan 40 días durmiendo en una silla y viven con miedo”.

Estudiantes de Medicina quieren sumarse al equipo

Este mes, el grupo de reiki del Castro Rendón presentó un proyecto en la Facultad de Medicina del Comahue para sumar estudiantes como voluntarios para el proyecto. Ya tienen 46 interesados. La reikista Patricia Sánchez había dictado seminarios en la facultad y tenía un grupo de Facebook de contacto. Fue a hablar a Bienestar Universitario y le indicaron que no había problema, pero tenía 20 días para presentar el proyecto dentro de este año.

Rápidamente, diseñó la propuesta, buscó presupuesto, convocó a otros reikistas y consiguió como tutora a la hemato-oncóloga y docente universitaria Nora Mür. Le faltaba averiguar si había estudiantes interesados.

“Puse el llamado en Facebook y, en un día, había 25 inscriptos y se siguen anotando, fue muy vertiginoso”, contó. Si logran el aval académico, los chicos se formarán como reikistas y harán la práctica en el hospital como un aprendizaje complementario de la carrera.

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