El Reiki entra en el Hospital

El reiki entra en el hospital

Asistimos a sesiones de reiki hechas por personal voluntario de la Asociación de Terapeutas de Reiki de Cataluña a la unidad de oncología del Hospital Clínico de Barcelona y en el área materno infantil del Hospital Vall d’Hebron.

LARA BONILLA Barcelona02.21.2016 12:00

Cada vez son más los pacientes, sobre todo oncológicos, que complementan los tratamientos médicos con las llamadas terapias naturales o complementarias. Las más conocidas son el reiki, la acupuntura, la meditación o el mindfulness . Estos pacientes recurren a estas terapias fuera de la sanidad pública, ya que aún estamos lejos de Gran Bretaña o Estados Unidos, donde hospitales de prestigio como el  MD Anderson de Houston y el  Memorial Sloan Kettering de Nueva York tienen unidades de medicina integrativa, la que une lo mejor de las terapias naturales con la medicina convencional.

Sin embargo, algo está cambiando y las terapias complementarias han puesto un pie en la sanidad pública de la mano de voluntarios y de profesionales que creen que hay una visión holística del paciente que también tenga en cuenta su vertiente psicoemocional, sus hábitos de vida y su alimentación. El reiki, por ejemplo, ya ha entrado en hospitales públicos como el Clínico, el de la Vall d’Hebron y el Moisès Broggi a través de voluntarios de la Asociación de Terapeutas Reiki en Cataluña , que ofrecen esta técnica energética de manera gratuita a los pacientes que lo soliciten. En el Valle de Hebrón se ofrece a bebés y pacientes del servicio materno. «No sé si me lo creo, pero de mal defecto hará ya ella la relaja», dice después de una sesión Albert Ribas, el padre de Aina, de cinco meses, ingresada en la UCI por problemas de deglución. Desde la Vall d’Hebron insisten en que es un servicio que hacen voluntarios – «no es una actividad obligatoria ni recomendada por los profesionales», dicen- y no entran a valorar la efectividad de esta terapia. «Más que una medicina lo consideramos una mejora del confort del paciente», afirma Marta Solé, coordinadora del plan de atención al ciudadano y trabajo social de Vall d’Hebron.

El Clínico y al Moisès Broggi hacen reiki a pacientes con cáncer. «En todos los centros donde vamos debe haber un convenio firmado y los voluntarios saben que somos unos invitados del hospital y, por tanto, debemos ser prudentes. No pueden emitir opiniones ni hacer movimientos con las manos que puedan incomodar «, explica Irene López, coordinadora de voluntariado de la asociación.

Intentan no alimentar las reticencias que ya de por sí generan estas terapias. Entrar en el Clínico les ha costado dos años. Pero han contado con la ayuda de Jaime Güell, coordinador de enfermería del hospital de día, formado también en medicina naturista. Él defiende los beneficios de las terapias naturales. «No deben ser nunca una alternativa, pero sí que complementan las necesidades de las personas. Después de hacer reiki los pacientes pasan de un estado de angustia a mantener un cierto equilibrio y calma «, dice.

«No estamos creando ninguna necesidad nueva sino respondiendo a las necesidades de los pacientes, que ya están utilizando estas terapias. Vamos por detrás de ellos «, sostiene Cristina Abadía, médico y presidenta del comité de salud integrativa del Hospital de Terrassa, que acaba de abrir una unidad de medicina integrativa. «Que sepamos, no se está haciendo en más hospitales públicos catalanes», dice. Una iniciativa similar se puso en marcha en el Hospital de Mataró pero acabó cerrando hace cuatro años. Abadía cree que si estas terapias se hacen dentro de la sanidad pública «ofrecen más garantías a los pacientes».

Con evidencia científica

Las terapias naturales, sin embargo, se miran con recelo. «No es sólo que haya evidencias científicas , es que, aunque los haya, los médicos no lo quieren aceptar porque se les rompe su paradigma y se sienten amenazados», asegura Miriam Algueró, presidenta de la Asociación Oncología Integrativa , que vela por el buen uso de estas terapias. Los profesionales insisten en que sólo se deben utilizar terapias naturales con evidencia científica y no deben sustituir el tratamiento convencional. «Que sea natural no significa que sea inocuo», dice la médica integrativa Cristina Pellicer. Pere Gascón, consultor del servicio de oncología del Clínico y ex jefe de servicio, recuerda que hay productos naturales que pueden interaccionar con los tratamientos. Por eso, dice, grandes centros internacionales de tratamiento del cáncer han creado unidades de medicina integrativa para evitar la fuga de los pacientes en circuitos extrahospitalarios donde no pueden controlar lo que hacen.

Pellicer cree que en Cataluña cada vez más médicos están abiertos al uso del reiki o acupuntura por parte de los pacientes para «mejorar la calidad de vida y reducir los efectos secundarios de los tratamientos», pero considera que hay que ir más allá y abrirse en «el amplio abanico de terapias naturales» que hay.

Ve difícil que se hagan un hueco en la sanidad pública: «Yo me estoy dos horas en una primera visita y la implicación que requiere no es realista en un hospital». Gascón argumenta que, a pesar de que hay voluntad de introducir medicina integrativa en hospitales catalanes, el proceso «será lento» porque «hay un jefe de servicio valiente».

Güell, en cambio, cree que el reiki es sólo el primer paso: «Si me dicen hace tres años que estaríamos haciendo reiki en el Clínico, no me lo creo! Y para demostrar que no es nada esotérico, hay implementarlo en la sanidad pública «.